domingo, 31 de marzo de 2013

EL OFICIO DE UNA TRENZADORA



Hace quince años por un problema familiar, Mayte se vio en la necesidad de aprender un oficio para poder ganarse la vida y ser autosuficiente.
Cuando tenía 16 años, su madre sospechaba que andaba en malos pasos y que muy probablemente ya tenia novio y pensaba fugarse con él,  todo esto debido a que tenía muchos amigos y la visitaban, cuando su madre la cuestiono y quiso saber lo que sucedía, Mayte le dijo que ella no andaba haciendo nada malo, pero su madre no le creyó y quiso sacarle la verdad  a punta de cinturonazos, por eso Mayte se fugó de la casa para evitar que su madre la azotara con el cinturón.
Cuando se vio en la calle sola y sin dinero, una amiga le dijo que no se preocupara, que no estaba sola, que ella se encargaría de ayudarla para que aprendiera el oficio que ella hacía, el cual consistía en hacer transitas en la playa. De esa manera Mayte podría ganar dinero y así sobrevivir alejada de su hogar, y fue así que aprendió el oficio de hacer trenzas.
Es por eso que desde hace más de 15 años que Mayte se dedica a trenzar a los turistas que visitan las playas de Acapulco. Aunque no en todas las playas trabaja, solo en el parque de la Reina, y las playas aledañas a él. Porque como dice ella misma, este oficio está muy saturado y cada trenzadora cuida su territorio celosamente para evitar que les ganen los pocos clientes que se animan a contratar el servicio de trenzado. En temporadas bajas, cuando casi no hay turismo, se dedica a elaborar postres como, yogur con gelatina, entre otros, para vender y de esa manera mantener a sus hijos.
Las trenzas las tiene que hacer en menos de 15 minutos, porque los clientes se desesperan y luego se molestan cuando se tardan, únicamente cuando el pelo es abundante y largo, se tardan una hora, pero se le advierte al cliente para que no se desespere y los deje terminar su trabajo.
A veces los clientes no obstante de haber acordado el precio, cuando ven terminado el trabajo, no quieren pagar el precio acordado previamente, y muchas veces para no discutir con ellos terminan recibiendo menos de lo acordado. Otros de los inconvenientes es cuando una vez terminado el trenzado, el cliente les dice que no les gusta porque están muy gruesas las trenzas y tienen que deshacer todo y volver a hacerlo para que quede satisfecho.
 Algunos clientes quedan tan satisfechos, que cuando regresan al puerto, le llaman por teléfono o la buscan en los lugares donde acostumbra andar para que las vuelva a trenzar, y eso la llena de orgullo, porque se da cuenta que su trabajo es valorado por sus clientes.


Trenzadora Mayte, en el parque de la Reina frente al Fuerte de san Diego.
 Trenzando a una cliente en menos de quince minutos.

Flores de chaquira o chaquiron
Estas flores  se hacen a mano normalmente en la noche para ver y apreciar como esta quedando el diseño, porque en el dia es más difícil de ver el diseño del mismo. De 12 flores para una trenza y de 24 para dos.

Mostrando otros diseños hechos a mano, que además pueden servir como colgantes del celular.

DEJE SUS COMENTARIOS.